martes, 17 de septiembre de 2013

DE AMANECER, SI QUIERES...

Cuando en cada amanecer que recae en mis pupilas, cuando el insomnio se torna más, un poco más claro que ilumina mi incapacidad de dormir, cuando el humo de un par de cigarros no bastan, cuando la cabeza da vueltas y reflexiones con sentido ninguno, sin el uso de alguna bebida, en ese momento la mirada se nubla, se tiembla, se acaricia en una arena, en un reflejo de tu cuerpo paseando a tornasol después de hacer el amor, y como si fuera un sueño la claridad se engrandece, haciéndome impotente de regresarme hacia ti. ¿Y cómo es el olvido si no logro conciliarlo? ¿Y cómo es el dolor de saberte amargo, que ya no estás y no regresarás?